No comienzo mi andadura en este blog con uno ni con dos libros, prefiero hacerlo con una saga de nada más y nada menos que siete ejemplares diferentes. Se a ciencia cierta que bien podría haber hecho una entrada de cada uno de estos libros, pero tampoco querría eternizarlo.
Harry Potter es una saga muy famosa en gran medida gracias a las adaptaciones cinematográficas. Una saga que comenzó de un modo anecdótico y se convirtió en la gran historia que ha marcado a tantas mentes que lo descubrieron en el transcurso de su infancia a la adolescencia. Se puede decir que Harry los acompañó casi hasta que llegaron a ser adultos.r
Pues bien, yo fui uno de éstos. Si mal no recuerdo, me enganché a esta saga gracias en gran parte a una persona que por aquél entonces era mi amigo; y creo que lo hice después de terminar la educación primaria.
Por aquel entonces sólo existían los primeros cuatro tomos. Si os soy sincero, al terminar el cuarto se me creó un pequeño vacío existencial que poco después lo ocupé con las novelas de J.R.R. Tolkien de las que estoy seguro que en el futuro hablaré. El caso es que memoricé bastante bien la frase final del cuarto libro, y a día de hoy creo que todavía soy bastante capaz de repetirla. Dicha frase cerraba bastante bien la saga a mi modo de entender, aunque estaba seguro que tres libros más verían la luz.
Argumentalmente hablando tengo sentimientos contrapuestos. La primera vez que los leí, que todavía estaba en los primeros años de mi adolescencia, los disfruté muchísimo; me enganchó por como no había conseguido hacerlo casi ningún libro de la saga que solía leer antes que ésta (Pesadillas). Hace unos tres años quise volver a leer la saga al completo para recordar viejos tiempos y no lo llegué a conseguir, puesto que me parecía que había perdido muchísima calidad. Se nota que ya he leído novelas mucho más dirigidas al público adulto y que, por tanto, la calidad literaria que J.K. Rowling publicó entonces se me hizo infantil.
A pesar de esto, he de decir que el recuerdo que tengo es que sabía bastante bien cómo atrapar al lector; era un libro de gancho fácil. Este tipo de novelas me gustan mucho, puesto que no tienes que leer una gran cantidad de capítulos para engancharte finalmente al argumento. Te enganchas de manera natural.
A medida que los personajes de la saga literaria iban madurando, también lo hacía la trama; que era cada vez más oscura y peligrosa. Las tonterías propias de unos adolescentes en un colegio dieron paso poco a poco al villano principal de la saga. Una metáfora bastante acertada de lo que es la madurez personal de cada uno. Cuando somos pequeños tenemos una perspectiva completamente diferente a la que tenemos una vez hemos pasado el umbral de la adolescencia y hemos llegado a la madurez.
Como anécdota personal relacionada con esta saga literaria, el año pasado disfruté viendo como un alumno mío se enganchó a esta saga de un modo bestial; me recordó a mí mismo unos años atrás. Como imagino que ya habrá terminado la saga, simplemente espero que a día de hoy no haya perdido ese ansia lectora que le llevó a sentarse recreos enteros en un banco para leer.
En definitiva, una más que aceptable saga literaria, siempre y cuando no olvidemos que estamos ante literatura juvenil. La valoro desde un punto de vista juvenil, pero sin olvidarnos tampoco de mi punto de vista actual.
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