Death Note siempre tendrá un lugar privilegiado dentro de mis mangas leídos. Recomendado por un par de amigos míos, es el típico manga que recomiendo a aquellos poco acostumbrados al género pero que les gustan los thrillers. Es la eterna batalla entre el bien y el mal desde una perspectiva más bien curiosa.
Aunque reconozco que vi antes el anime que el manga, he de insistir en que el formato leído siempre tiene un aliciente especial. Me encanta el formato de los mangas, lo meticulosamente estudiado para dejarte al final de cada tomo con ganas de más. Pocos son los arcos de cualquiera de mis mangas que terminan a la vez que un tomo. Normalmente el tomo termina ligeramente antes de terminar, para poder dar comienzo al siguiente arco y atrapar una vez más al lector, o puede que el tomo termine en el punto álgido, teniendo el desenlace en el inicio del siguiente.
Death Note es, además, una serie de lo más curiosa. Cada una de las versiones que tiene (anime, películas live-action de 2006 y versión de Netflix del 2017), cuenta con ligeras o profundas variaciones con respecto al manga. El anime cambia muy poco, pero cuenta con un final ligeramente diferente; las películas live-action de 2006 cambian bastante el argumento y la versión de Netflix... bueno, esa mejor no tener en cuenta.
En términos generales, el argumento es este: Un adolescente japonés encuentra un cuaderno con el que cree poder cambiar el mundo eliminando toda maldad a base de purgar a todos los criminales; mientras que la policía de todo el mundo le comienza a perseguir por ser el mayor asesino en serie de la Historia. ¿Quién es el bueno? ¿Y el malo? Teniendo en cuenta cómo va evolucionando la trama... ¿estás seguro de que has respondido bien esas dos preguntas anteriores?
En definitiva, un manga que te recomiendo leer. Yo desde luego dentro de poco lo releeré. Es lo que tiene escribir sobre algo que te gusta, que te pica la tentación y quieres leerlo por enésima vez.
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